logística social

11/09/2021

Por Facundo Frattini.

El compañero Enrique Martinez nos propone dar inicio a la disputa sobre la apropiación del significado y el sentido de determinados términos cuya ajenidad, en los términos en los que hoy son utilizados, nos sustrae herramientas conceptuales para interpretar la realidad y actuar sobre ella (Martinez E, 2021).

En el caso particular propuesto, la disputa está centrada en la definición de empresa y la restricción que el enfoque meramente comercial y lucrativo de dicho termino impone para pensar en la noción de “empresa social”.

En el libro “DE LA LOGÍSTICA”, ante la necesidad de definir en sentido amplio que es hacer logística, propusimos que es “arbitrar los recursos necesarios para garantizar la realización de una empresa” (Frattini, 2019). Inmediatamente, se tornó necesario, definir que entendemos por empresa, y, nos permitimos en ese entonces, considerar la definición de empresa en sentido amplio que nos provee la RAE, entendiendo por tal a “toda acción o tarea que entraña dificultad y demanda decisión y esfuerzo”.

En dicho trabajo ante la similitud que se presentaba entre las definiciones de actividad en tanto “conjunto de acciones o tareas que las personas realizan en forma individual o como miembros de una organización en cumplimiento de sus funciones” y la de empresa desarrollada sobre el final del párrafo anterior, propusimos considerar que:

Hablaremos de actividades logísticas para referirnos a las tareas y acciones cuyo fin es el cumplimiento de una función logística y hablaremos de empresas logísticas al referirnos a la organización que realiza dichas actividades logísticas (Frattini, 2019).


Una actividad logística sería entonces la tarea o acción para cumplir una función logística mientras que una empresa logística seria el elemento sistémico que realice dicha actividad y por lo tanto cumpla dicha función (Frattini, 2019).

En un trabajo posterior, encontramos un problema en lo hasta aquí desarrollado, que podríamos enmarcarlo en el mismo tipo de problema que nos propone abordar para superar Enrique Martinez en el video citado al principio del presente. Esto es, que el halo liberal-comercial que envuelve en la actualidad al termino empresa, impide pensar en otros necesarios elementos sistémicos que realicen actividades logísticas.

Resulta necesario incorporar en este punto la noción de operación logística entendiéndola como el conjunto de actividades logísticas que es necesario desarrollar para cumplir una función logística (Frattini, 2019). Toda operación logística tiene como características distintivas que tiene un responsable y un propósito, y, resulta necesario mencionar, que toda operación logística, será llevada adelante administrando un conjunto de recursos escasos que son a todas luces, heterogéneos.


Si como oportunamente planteamos, la cuestión logística está ausente en el ámbito público (Frattini, 2020), pensar en la noción de empresa como único sujeto sistémico en condiciones de realizar actividades logísticas para el cumplimiento de funciones logística, nos resulta cuanto menos, insuficiente.


En consecuencia, propusimos en un trabajo cuya publicación aún está pendiente, que el sujeto sistémico en condiciones de realizar actividades logísticas debe ser lo que hemos dado en denominar organizaciones logísticas. Sugerimos también que estas organizaciones logísticas pueden dividirse en tres grupos:

Primero el grupo de las organizaciones logísticas públicas y las mismas incluirían a todas las dependencias estatales de los tres poderes y de los tres niveles de gobierno en condiciones de realizar actividades logísticas con el fin de llevar adelante una operación logística. Claramente el poder ejecutivo de los tres niveles, sus dependencias formales y sus órganos descentralizados encabezaran la nómina de entidades estatales en condiciones de llevar adelante mayor cantidad de operaciones logísticas.

El segundo grupo lo constituirían las organizaciones logísticas privadas y las mismas podrán ser empresas privadas, ong´s, asociaciones civiles etc, en condiciones de llevar adelante operaciones logísticas.

Resulta necesario en este punto aclarar que dentro de lo que hemos dado en denominar organizaciones logísticas privadas, las hay en función de sus motivaciones constitutivas con y sin fines de lucro; entrarían dentro de las primeras principalmente las empresas privadas dedicadas mayormente a la producción y comercialización mientras que en el segundo grupo encontraríamos entre otras a las ong´s y diferentes tipos de asociaciones civiles como clubes de barrio, centros de jubilados, etc.

Por ultimo entendemos que estarán las organizaciones logísticas mixtas compuestas por organismos públicos y privados en diferentes modalidades combinatorias.

No obstante, como ocurrió en el caso descripto previamente, surge en el desarrollo del presente una nueva restricción conceptual, o bien una inadecuación de las categorías de organización logística previamente descripta para el desarrollo de ciertas actividades y operaciones logísticas que tienen una lógica de funcionamiento particular y son llevadas adelante por un tipo particular de organización.

Debemos en este punto incluir a las organizaciones sociales y, entendemos por tales, a aquellas organizaciones que realizan diferentes tipos de actividades, incluyendo actividades logísticas y cuyo fin es solucionar un problema social o bien satisfacer una necesidad social.

Esta satisfacción de necesidades sociales o bien, la solución de problemas de igual índole, podríamos entenderlo, siguiendo a (Sampayo, 2021), como la forma que encuentran los sectores marginales de la sociedad de proveerse de bienestar, entendiendo por tal, a la forma mediante la cual, ante la ausencia del estado y el desinterés del mercado, se proveen de mejores niveles de calidad de vida a través de la gestión de los exiguos recursos de los que disponen.

Esta gestión de recursos cuyo fin es proveerse de lo necesario para alcanzar una mejor calidad de vida que llevan adelante las organizaciones sociales, nos podría permitir definir un tipo especial de logística que es la logística social.

Si consideramos por su amplitud mas no por el momento temporal de su propuesta a la definición de logística desarrollada previamente en el presente, como una definición del tipo estipulativa en tanto permite contener a múltiples definiciones de logística proveniente de diferentes ámbitos, es posible definir a la logística social en tanto acción como “dar o suministrar todos aquellos recursos que son requeridos para garantizar la realización de toda acción o tarea cuyo fin es la solución de un problema social y/o la satisfacción de una necesidad social” y podemos decir que este tipo de logística se diferencia claramente de la logística que pueden llevar adelante las organizaciones, públicas, privadas o mixtas.

También podemos decir que, a diferencia del afán de lucro que moviliza a las organizaciones logísticas privadas con fin de lucro y la obligación de garantizar el ejercicio de derechos que son o deberían ser el motor de las organizaciones logísticas públicas, y, claro está, dejando de lado las cuestiones logísticas de seguridad y defensa propias de las fuerzas de seguridad como de las fuerzas armadas respectivamente, la gestión de un conjunto de recursos escasos de tipo heterogéneo por parte de organizaciones sociales con elevados niveles de carencia de capital en sus diferentes formas (cognitivo, cultural, tecnológico, productivo, económico y financiero) por mencionar algunos casos, es lo que distingue a la logística social.

Es sumamente necesario aclarar que la carencia de capital antes referida no es un característica intrínseca de las organizaciones mencionadas, sino más bien, una consecuencia relacionada con los grados de violencia y exclusión a la que son sometidos sus miembros.

En consecuencia, mediante el presente, se pretende  abrir la puerta que puede iniciar el recorrido del desarrollo conceptual necesario para construir el andamiaje cognitivo necesario para que las organizaciones sociales puedan apropiarse aunque mas no sea de una parte del diverso y amplio así como por demás útil y necesario conocimiento logístico que podría ayudar a la gestión diaria de una serie de recursos para los que ganar eficiencia en contexto de escasez puede resultar extremadamente necesario.

Referencias

Martinez E (2021): Empresas sociales. Disputemos el sentido de las palabras. Video online disponible en URL:https://www.youtube.com/watch?v=18VXG72KznE

Frattini F (2019): De la logística. Tres de Febrero, Imaginante editorial.

Frattini F (2020): De la ausencia de la logística en el ámbito público. Revista movimiento, articulo web disponible en: http://www.revistamovimiento.com/politicas/de-la-ausencia-de-la-logistica-en-el-ambito-publico/

Sampayo L (2021): “Pensando (un poco) en bienestar, gobierno y lo probable. Centro de Estudios para la Integración y el Desarrollo Regional Argentino. Artículo web disponible en: https://integracionydesarrollo.ar/economia/?fbclid=IwAR2IxjIy3h_RtZokL9w_83MOMcEdKkKBx12XKrXU46_jiavG9hx5vHLQLBU#pensando_bienestar

Y la logística?

Sábado, 25 de abril 2020

Prologo de una propuesta

Un herrero de Lanús ofrece por redes sociales su taller, equipamiento y conocimientos para fabricar respiradores o partes de los mismos en caso que hagan falta para enfrentar la pandemia.

Se multiplican los videos de proyectos de prototipos de respiradores de bajo costo basados en tecnologías sencillas y disponibles como arduino por redes sociales.

Se conforma una red de impresores 3D por los mismos medios para imprimir principalmente mascaras de protección para personal del sistema de salud.

El voluntarismo basado en la solidaridad y la disponibilidad de recursos en general y conocimientos en particular rebasan a un estado desbordado y con limitada capacidad de gestión.

Rara vez como sociedad alcanzamos la madurez que nos permite discutir el estado que deseamos y, más raro aun, es que propendamos a construir el estado que necesitamos.

La discusión por el modelo de país así como el debate sobre lo que algunos Pensadores Nacionales denominan la Cuestión Nacional es algo aun irresuelto en la Republica Argentina.

Esto no es casual, resolver la Cuestión Nacional a favor de las mayorías populares y con equidad y justicia social, va en desmedro de los intereses de unos pocos.

Lo que si podemos permitirnos afirmar, es que vivimos tiempos de excepción, da igual si es una pandemia, una guerra o una catástrofe natural. Y en tiempos de excepción, no nos podemos dar el lujo de desperdiciar recursos.

La Republica Argentina es considerada un país subdesarrollado pues no logra satisfacer las necesidades elementales de su población en lo que podríamos considerar los siete conjuntos de bienes y servicios fundamentales a saber: Alimentación, vestimenta, vivienda, energía, salud, educación y conocimiento; todo esto pese a su abundancia territorial y sobradas capacidades para brindar todos y cada uno de ellos.

Producimos alimentos para 400 millones de personas y no logramos alimentar a 45 millones; producimos en cantidad y calidad vestimentas y exportamos materias primas textiles, y tenemos harapientos; tenemos un territorio rico en materiales de construcción y extenso por demás pero mas de un tercio de la población no tiene una vivienda propia, ni digna; disponemos de inmensas reservas energéticas y de agua dulce y pese a ello no todos tienen energías básicas y agua potable disponibles; tenemos un extendido y complejo sistema de salud, pero no todos acceden a el; tenemos un complejo sistema educativo y de ciencia y tecnología, y, el conocimiento, parece ser uno de los bienes mas escasos de nuestra sociedad.

Claramente tenemos problemas de organización, planificación,  generación y gestión de recursos y la ausencia de un proyecto de país claro y definido, profundizan estos problemas.

Es evidente que no logramos hacer uso de los diversos, abundantes y complejos recursos con los que contamos para alcanzar grados crecientes de desarrollo.

Que quede claro, no estamos hablando de los recursos económicos y materiales que generalmente son motivo de disputas entre los diferentes intereses existentes en cualquier sociedad, hablamos de los recursos que están ociosos, que se desperdician, los que dejamos arrumbado estropeándose y los que tiramos a la basura.

Dejamos a vastos sectores de nuestra población, principalmente a los mas vulnerables niños, jóvenes y ancianos pasando penurias mientras los recursos se los apropian unos pocos y en un acto de obscenidad sin precedentes, en muchos casos, se desperdician o permanecen ociosos.

No esta demás notar que cuando se habla de “redistribución de la riqueza” es porque la misma ya fue distribuida, pero mal distribuida.

Se debe re-distribuir lo que ya fue distribuido y en algún momento deberemos sentarnos como sociedad a discutir seriamente cuales son las “bondades” del libre mercado y todas las supuestas virtudes que nos dijeron que tenia.

Creemos que las urgencias nos impiden hacernos del tiempo para planificar y gestionar, pero como bien supo plantear Oscar Tangelson, en realidad es la falta de planificación lo que nos hace prisioneros de las urgencias[1].

Si nos paramos desde una concepción no belicista del concepto de “nación en armas”, o mejor aun, desde la idea de “pueblo en armas” adaptación  a nuestra realidad del concepto anterior por alguien que de planificación y de proyecto de país algo entendía, nos encontraremos con preguntas inquietantes para las que no tenemos respuestas certeras.

Algunas de esas preguntas debemos hacérnoslas si queremos abordar las dificultades que enfrentamos para alcanzar grados crecientes de desarrollo.

¿Con que recursos humanos y materiales contamos?; ¿Cuál es nuestra capacidad ociosa potencial y real?; ¿Cómo difundimos y utilizamos el conocimiento?; ¿Cuál es nuestra frontera potencial y real de desarrollo industrial, científico-tecnológico, infraestructural y humano?; ¿Qué penurias pasa nuestro pueblo y de que recursos disponemos para subsanar esa indignante situación?; ¿Cómo movilizamos nuestra capacidad ociosa para llevar mas allá nuestras posibilidades de desarrollo?, Y quizás la gran pregunta cuya respuesta englobaría las respuestas a todas las anteriores ¿Qué tipo de país aspiramos ser?.

No tenemos una idea acabada de las respuestas a las preguntas enunciadas, y, es muy probable, que ni siquiera nos hayamos hecho alguna vez estas preguntas.

 

Es momento de considerar seriamente a la Ciencia Logística.

La logística tiene mucho para aportar a las problemáticas anteriormente enunciadas, pero debemos empezar por definir claramente a que nos referimos con este concepto.

Entendemos por logística en tanto acción a “dar o suministrar todo aquello que es requerido para garantizar la realización de toda acción o tarea que entraña dificultad y demanda decisión y esfuerzo[2].

La logística en tanto acción la podemos organizar en dos grandes grupos de actividades, las de logística genética[3] que son las actividades que tienen que ver con la génesis de los recursos necesarios para cumplir una función logística[4] e incluyen las actividades de adquisición, investigación y desarrollo y producción, y las actividades de logística de sostenimiento[5] que son las que permiten, valga la redundancia, sostener una función logística e incluyen las actividades de abastecimiento, almacenamiento, transporte y mantenimiento.

A partir del ordenamiento de las infinitas actividades agrupables en cada uno de los subgrupos mencionados y claro esta, sus combinaciones, (adquisición, investigación y desarrollo, producción, abastecimiento, almacenamiento, transporte y mantenimiento), se puede abordar cualquier proyecto que propenda a alcanzar grados crecientes de desarrollo, y, a sacar de la miseria a millones de compatriotas abordando también, con bastante celeridad, cualquier emergencia que nos pueda sorprender pero que nunca nos encontrará inpreparados.

Vivimos imbuidos en un marasmo de liberalismo ofertista que pretende asegurar libertades para todos cuando en realidad, lo único que hace, es garantizar la libertad de unos pocos para enriquecerse explotando recursos materiales y humanos mientras las grandes mayorías gozan de un sin fin de derechos que no pueden ejercer.

Que no se mal interpreten estas líneas, lo que se propone es movilizar los recursos disponibles y ociosos, y organizarlos para ponerlos al servicio de una causa superior que es la satisfacción de las necesidades básicas del Pueblo Argentino.

No podemos permitirnos el desperdicio de grandes cantidades de recursos a diario y hacer de cuenta que esto no ocurre.

Que tiremos a la basura toneladas de alimentos frescos al final de cada día en el mercado central de Buenos Aires y en infinidad de comercios mientras hay miles de compatriotas que pasan hambre es obsceno.

Que se tiren también toneladas de productos perecederos vencidos (Alimentos, medicamentos, etc), mientras miles y miles no acceden a ellos es aberrante.

No se plantea aquí la modificación de los procesos y actividades normales de la vida político-institucional y social en general. Pero si tenemos tierras ociosas, gente en edad de trabajar desocupada, tiramos alimentos a la basura y tenemos gente con hambre hay algo que se nos esta escapando.

No es concebíble en un país que aspire a ser desarrollado, que la mayoría de los Argentinos y Argentinas no sepan que se necesita y se espera de el/ella, y que es lo que tiene a su alcance para aportar ante una situación de excepción y de necesidad colectiva.

Hablamos en consecuencia de que aquellos con buena predisposición  y ganas de colaborar y participar como los ejemplos mencionados en los primeros párrafos de este texto, no terminen siendo, un botella lanzada a la infinidad del mar.

El voluntarismo sin conducción y sin la formación necesaria para el ejercicio del mismo, no tiene otro destino que la frustración colectiva reiterada ante la impotencia que genera el no poder hacer.

Es necesario ordenar las prioridades y conducir a quienes quieren colaborar en la resolución de las diversas problemáticas que atañen a nuestra sociedad de las que al día de hoy, las que surgen del abordaje de la pandemia de covid 19, son las principales.

Mientras muchos se pusieron a fabricar al inicio de la pandemia las mascaras de protección que posiblemente vayamos a necesitar en un futuro sin una planificación de cantidad y tiempos, cientos de miles de compatriotas dejaron de percibir un ingreso  formal o informal por el párate de actividad fruto del aislamiento obligatorio y desbordan los comedores comunitarios que no pueden contenerlos a todos.

En este contexto y planteado de esta forma, la prioridad es el hambre y luego la salud, en tanto y en cuanto un hambriento es dudoso que guarde la cuarentena.

No es un planteo en términos de disyuntiva; o una cosa o la otra; es un planteo de prioridades entre dos acciones necesarias, alimentar a la población mientras se fabrican insumos pero en un escenario en el que indefectiblemente una es más importante que la otra.

Las fuerzas armadas por primera vez en años hacen un esfuerzo loable por contener a algunos sectores distribuyendo comidas elaboradas o bolsones de alimentos para paliar en parte esta situación por orden explicita del comandante en jefe.

Las escuelas también cumplen con esta admirable función en las diferentes provincias distribuyendo bolsones de alimentos que claramente resultan insuficientes para paliar esta situación que rebasa todas las previsiones que jamás hemos hecho.

Pero………

¿Esto es lo máximo a lo que podemos aspirar?.

Para que se entienda el planteo con un ejemplo y nuevas preguntas.

En 30 días hará mas frío, tendremos mas contagiados, el párate económico se hará sentir mas y los comedores comunitarios serán mas insuficientes que ahora.

¿No hay nada mas que podamos hacer al respecto?.

¿No hay recursos humanos y materiales que movilizar?.

Quienes nos dedicamos a la logística cuando tenemos una misión o un propósito primero nos hacemos dos preguntas fundamentales.

1.- ¿Con que recursos contamos?.

2.- ¿Cómo los gestionamos para poder cumplir con esa misión o propósito?.

En consecuencia, para atender hoy el problema del hambre mientras cuidamos la salud de la población que será progresivo y en el marco de las dos preguntas rectoras antes mencionadas podríamos seguir preguntándonos cosas.

¿Cuántos distribuidores de materias primas metálicas, tiene sus depósitos abarrotados y sus ventas han caído considerablemente?.

¿Cuantos talleres metalmecánicos privados y estatales están ociosos en este momento?.

¿Cuántos estarían en condiciones de fabricar cocinas de campaña o equipamiento diverso para ampliar la capacidad de elaboración de alimentos de comedores y organizaciones sociales?.

¿Como se podrían constituir grupos de voluntarios para garantizar  la alimentación de toda la población vulnerable?.

¿Cuantos distribuidores de alimentos tienen sus depósitos abarrotados y sus ventas en caída?.

¿Cuantos alimentos y medicamentos se vencerán en los próximos dos, tres y cuatro meses por la caída en las ventas?.

¿Cómo podríamos generar mecanismos de contabilización de ventas de alimentos y materias primas para uso general en este o cualquier otro marco de crisis o emergencia?.

A EEUU le funciono reconvertir su industria civil en industria de guerra y movilizar sus recursos materiales y humanos ordenándolos desde el estado para fabricar cosas que se destruirían (municiones, explosivos, vehículos, etc); ¿y nosotros no podemos movilizar nuestra industria y nuestros recursos materiales y humanos ordenándolos desde el estado para detener el hambre que azota y azotará aun mas a nuestro pueblo?.

Pudimos enviar cientos de barcos de cereales a Inglaterra y otros países en el marco de la segunda guerra mundial con una cadena de pagos rota que se recompuso algunos años después, y hoy no podemos movilizar recursos para atender nuestras necesidades y luego ver como resarcimos a quienes corresponda?.

¿Pudimos alimentar a los aliados, principalmente a Inglaterra en tiempos de guerra a 14000 km de distancia sin que paguen en un después vemos como cobramos, y no podemos alimentar a nuestros compatriotas en tiempos de pandemia?……

Algo en nuestra forma de pensar, abordar y entender estos problemas, no estaría funcionando…

¿O será que hay intereses en juego que se han encargado sistemáticamente de nublar nuestro entendimiento como sociedad en cuestiones de este tipo?.

Otro ejemplo………

¿Cuántos vehículos utilitarios del estado hoy están ociosos y disponibles para su uso en caso de necesidad aunque estén asignados originariamente a otras tareas?; basta pasar por dependencias estatales en diferentes municipios del conurbano para ver vehículos públicos parados sin la realización de actividad alguna. AYSA, PAMI, IOMA, Desarrollo Social, SAME, Municipalidades, ministerios nacionales y provinciales, Trenes Argentinos, fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, etc.

Tenemos vehículos ociosos, alimentos disponibles, gente que podría distribuir alimentos en un contexto de un virtual precio cero de los combustibles fósiles y gente con hambre y ¿no logramos unir todos los eslabones para detener este flagelo?.

Seguimos haciendo preguntas….

¿Cuales serian los protocolos de trabajo que se podrían establecer para poder elaborar y distribuir maquinaria, alimentos, medicamentos, etc con las correspondientes condiciones de seguridad para la situación de excepción que estamos viviendo?.

Tenemos una infraestructura sana, stocks de medicamentos y alimentos, capacidad productiva ociosa, personas desocupadas y a la gran mayoría del Pueblo Argentino con elevados grados de solidaridad ¿y no sabemos que hacer con ello?.

Nuestro quehacer diario esta lejos, muy lejos de nuestra frontera de posibilidad; se trata pues, de organizar los recursos materiales y humanos disponibles para construir entre todos una sociedad mas justa.

Hemos depositado demasiada fe en el “mercado” como ordenador de la vida cotidiana y asignador de recursos. No es que no lo sea en ciertas sociedades en determinados contextos incluyendo la nuestra; pero nos encontramos en una situación de excepción, y en una situación de excepción, el mercado no ordena la solidaridad, no identifica prioridades sociales, no gestiona recursos no rentables, no ayuda al que lo necesita.

Esa tarea le corresponde indelegable e insustituiblemente al estado, y su herramienta irremplazable para tal fin, es la ciencia Logística.

[1] TANGELSON, Oscar. ARGENTINA FRENTE AL SIGLO XXI DESARROLLO E INTEGRACIÓN, Buenos Aires, p.1.

[2] FRATTINI, Facundo. DE LA LOGÍSTICA, Tres de Febrero, Imaginante editorial, 2019, p.61.

[3] Ibidem, p.66.

[4] Entendemos por función logística al aporte de cada elemento del sistema logístico al funcionamiento de dicho sistema.

[5] FRATTINI, Facundo. DE LA LOGÍSTICA, Tres de Febrero, Imaginante editorial, 2019, p.67.

Facundo Frattini